El ecosistema empresarial en el que las organizaciones desarrollan sus negocios, es cada vez más global, rivalizante y en ciertos momentos normativizado, lo que da lugar a una convivencia en un mundo más complejo y por qué no decirlo, difícil.
Es por ello que todo se torna a su vez más dificultoso, como es el caso de los sistemas de gestión, los cuales cuentan con un mayor número de información que cada vez les permite tomar decisiones más arduas. Pero dicha gestión necesita de un sistema capaz de presentarse como un procurador de información transversal en toda la organización, permitiendo que distintos perfiles profesionales tengan acceso a ella.
De ahí la importancia del control de gestión empresarial, que unido a la falta de medios, la presencia de decisiones cada vez más complicadas, la evolución constante de los escenarios y el aumento de especialidades dentro de la empresa, hacen del control de gestión una función fundamental para alcanzar los objetivos propuestos.