Antes que nada, el objetivo básico es mejorar el valor de la empresa y por consiguiente de los accionistas. Para ello se trabajará en alcanzar recursos económicos para la organización y asignarlos de la mejor forma posible a través de inversiones adecuadas.

Seguidamente, existen otros objetivos de la gestión de las finanzas corporativas trabajadas a través del trinomio rentabilidad/riesgo/liquidez. Entre ellos destacan:

• En primer lugar disminuir el riesgo de la corporación al mismo grado de rentabilidad objetivo dentro de la actividad de la misma. Cabe destacar que existen riesgos de mercado implícitos en la empresa y otros peligros que se pueden aminorar gracias a una gestión apropiada.
• Por otra parte, ajustar la liquidez para los mismos niveles de rentabilidad y riesgo, mejorando dichos valores.