El control de gestión es un procedimiento por el cual se establecen los objetivos de la empresa además de llevarlos a buen puerto. Para ello, además de controlar que se estén cumpliendo dichas metas, se ponen a disposición de la entidad las medidas oportunas para reconducir posibles desvíos del plan original. De ahí, la estrecha relación con el departamento financiero así como con el área de operaciones.
Hablar de control de gestión únicamente referido a temas financieros, es un error que limita la visión y actuación que el control de gestión ejerce en una empresa. No se debe estrechar el enfoque de esa manera. Si bien es verdad que el control de gestión puede ejercer un control financiero sobre el área financiera, también actúa sobre otros departamentos para lograr la consecución de objetivos estrella de la empresa.
¿Dónde podemos ubicar el control de gestión dentro de una empresa? Seguramente, y debido a la cercanía que tiene con los datos financieros así como con las prácticas contables, podemos ubicarlo dentro del área financiera. No obstante, existen situaciones en las que podemos encontrar el control de gestión bajo la dirección general, una forma de visualizar la importancia que ejerce en una organización.
En definitiva, destacar que el control de gestión se encarga, entre otras cosas, de controlar la rentabilidad y los posibles problemas que surjan de ésta. Además se encargará de administrar los medios con los que cuente la empresa, optimizar la productividad, estudiar márgenes, así como establecer los precios más apropiados de productos o hallar el break-even etc.