Contrariamente al outsourcing tenemos algo que a simple vista puede confundirse, pero que se encuentra en el lado opuesto. Se trata del INSOURCING.
El insourcing incorpora a la empresa dos conceptos clave que no es capaz de reclutar dentro de la misma organización: conocimiento y experiencia. No obstante, es capaz de sumarla haciéndola propia e incorporándola en sus procesos. Es fundamental a la hora de implementar un servicio de insourcing que no existan diferencias con el resto de la compañía.
El insourcing se integra de esta forma precisamente por la existencia de servicios del negocio que no tienen sentido tenerlos internamente como unidades enteras a tiempo completo. Conseguimos pues, que el proceso sea a la vez más económico y enriquecedor, diseñado part time y en base a las necesidades de la empresa.
Existen dos maneras de trabajar el insourcing: desde fuera o desde dentro de la empresa y en muchas ocasiones en ambas modalidades. Con ello conseguimos generar cercanía y pertenencia al cliente, a la vez que eficiencia y disponibilidad en distancia.