En primer lugar podemos decir que las finanzas corporativas se centran en incrementar el valor del accionista. ¿Cómo lo hace? Gracias a todas aquellas decisiones llevadas a cabo por él mismo. Es por ello que dichas decisiones están claramente relacionadas con la financiación, estructura de capital, así como decisiones de inversión y/o decisiones de dividendos.
Además, las finanzas corporativas pueden plantearse desde distintos primas. Por un lado, mediante un punto de vista claro y determinado, como por ejemplo cuando se trata de explorar acciones capaces de multiplicar el valor de la cotización. Asimismo, existe otro criterio que pretende aplicar una perspectiva más compleja e indirecta como es beneficiar y promover todas aquellas decisiones capaces de originar valor para la empresa y consecuentemente para el accionista.
En conclusión podemos afirmar que el fin último de las finanzas corporativas se centra en facilitar las decisiones directivas de la compañía atendiendo a cómo afectan económicamente en la misma. Cierto es que existen infinitas decisiones que a priori no tienen alcance financiero, pero que examinadas desde una óptica financiera revelan que su implicación es alta.