El entorno económico que nos acompaña a las PYMEs parece propicio a un aumento de las reestructuraciones financieras. Cuando hablamos del término ‘reestructuraciones financieras’ nos referimos al proceso por el cual se cambia la estructura del pasivo, en productos y en plazos haciéndolo acorde a las circunstancias del momento. Generalmente se hace para aflojar los compromisos más cercanos. Es una situación que no debemos evitar si es necesaria, más bien al contrario.
¿En qué situación nos encontramos?
Actualmente estamos viviendo un claro deterioro económico que afecta a casi todos y como siempre de manera desigual. En este caso esta siendo producido por factores como la inflación que nos lleva acompañando desde antes de mediados de 2021. Dicha situación está produciendo un estrechamiento de los márgenes empresariales, que no se pueden trasladar totalmente al cliente especialmente en las épocas de más virulencia. Además, a ello se suma que se disparan los costes de la energía y como resultado tenemos una subida de tipos de interés para controlar dicha inflación que reducirán el crecimiento económico.
Consecuencias relevantes del escenario actual:
- Una situación de distress de deuda: capacidades financieras que se quedan justas para el nuevo escenario o bien incapacidad de atender a los compromisos anteriores.
- Deterioro de la cuenta de resultados que dificulta la reordenación financiera o generación de nuevos fondos originados por las operaciones.
A esto hay que añadir que tras la crisis del coronavirus, periodo en el que se puso mucha financiación a disposición de las empresas (especialmente prestamos ICO y garantías), este apoyo ya ha salido del mercado. Por tanto, ahora solo queda la devolución de los principales e intereses de todas esas facilidades puestas a disposición por la administración pública.
Junto con esto existen no pocas empresas, y especialmente PYMEs que se han visto afectadas, total o parcialmente por la crisis del coronavirus. A día de hoy todavía no se han recuperado de la misma y los objetivos comerciales y márgenes previos no se han alcanzado.
Por tanto podemos decir que nos encontramos en una situación compleja para las PYMEs porque suelen tener más carencias financieras, más financiación de corto plazo con presiones para la renovación o de posible reducción. El exceso de uso de la financiación a corto plazo tan común entre estas empresas hace que se puedan ver abocadas a una reestructuración financiera.
Las reestructuraciones financieras, sinónimo de oportunidad
Una reestructuración financiera puede ser una oportunidad, una oportunidad que te obliga a pensar si realmente está bien estructurada la financiación de la empresa. Esto no significa que no se pueda afrontar los compromisos financieros, sino que ante la incomodidad de la gestión de la misma se opta por una nueva estructura más adecuada (para ampliar información sobre este aspecto os recomendamos un post anterior). Hablamos de una estructura capaz de reducir el excesivo uso de circulante, que extienda la financiación de largo si nos complica los fondos generados por las operaciones, y la conveniencia de uso de fondo de maniobra.
Una recomendación siempre válida, cuando antes se inicie un proceso de reestructuración financiera tanto mejor. El tiempo es oro, especialmente en finanzas, y cuanto antes empecemos menores serán las necesidades y mayor el tiempo para maniobrar y lograr los objetivos deseados.
Factores de riesgo
Existe unos factores de riesgo en este entorno actual que pueden apuntar a que empresas pueden estar más afectadas:
- Aquellas con márgenes estrechos, que no puedan encajar los efectos de la inflación en sus costes y que tampoco lo puedan trasladar a los clientes, por motivos de mercado, contractuales etc.
- Empresas con estrecheces de tesorería, o con abuso de financiación de circulante.
- Las que cuentan con alto grado de apalancamiento financiero, o de sectores estratégicamente muy apalancados.
- Organizaciones o sectores con dificultad de trasladar el precio al consumidor.
- Las más afectadas por la inflación.
La posible necesidad de reestructuración financiera que hemos presentado aquí dependerá de la intensidad de este periodo de crisis y de su duración. Pero entendemos que en estos procesos especialmente gravosa es su duración.
¿Qué función juegan los tipos de interés?
Los tipos de interés no son la principal problemática, aunque estén subiendo y vayan a hacerlo más dada las previsiones de inflación subyacente, a fecha de hoy todavía son sostenibles para empresas saneadas. Los actuales y los más próximos tipos de interés no podemos considerarlos altos y fuera de un rango razonable por mucho que vengamos de escenarios fuera de lo común por lo bajos que han sido, y negativos en términos reales. Esto puede no aplicar a empresas financieramente muy apalancadas, con grandes inversiones que no hayan cubierto sus riesgos de tipo de interés.
Otro factor a tener en cuenta es la lentitud al acceso al crédito que estamos observando últimamente. Esto puede ser debido a dos motivos:
- Una política de restricción de crédito por parte de las entidades financieras, especialmente para aquellos clientes con peor rating,
- La reducción de la competencia y las redes comerciales bancarias que están haciendo que la atención y gestión de propuesta de riesgos tomen tiempos a los que ya no estamos acostumbrados,
Todo esto puede hacer que cueste financiar o reestructurar a la velocidad adecuada, motivo mayor para empezar estas operaciones cuanto antes.
En SOCO finance HUB nos podemos ayudarte en esto para tener una empresa mejor financiada y más solvente, y a la vez para que los problemas financieros no te resten el tiempo que tiene que dedicar a tus clientes y operaciones.