Valoración de empresas: el ejercicio saludable

En la nueva edición de nuestro blog, hoy nos centramos en una temática muy relevante que seguro será de tu interés: la valoración de empresas. Se podría afirmar sin duda que el sentido de toda organización empresarial que nace y crece es lograr aumentar el valor de sus acciones. ¿Por qué? Porque el valor de las acciones representa perfectamente el valor real de la empresa para sus accionistas, empleados, clientes y en general para la sociedad.  

Valoración de empresas como concepto

Si se trata de un concepto tan importante, es, cuanto menos, sorprendente, que la mayor parte de las empresas no cotizadas, solamente realice el ejercicio de valorar su negocio ante una operación de venta o de fusión. Este tipo de operaciones ocurrirán esporádicamente o incluso podrían no llegar a ocurrir nunca.

La valoración de empresas es una ciencia y un arte a la vez. Es un ejercicio complejo pero saludable porque consigue poner en negro sobre blanco aspectos de la creación o destrucción del valor. Lo hace transversalmente, entre distintas áreas, negocios u operaciones, así como temporalmente, a medida que pasa el tiempo.

El DCF en la valoración de empresas

La metodología utilizada por los expertos y generalmente aceptada por todo el mundo es el descuento de flujos de caja (DCF). Suele complementarse con un análisis de múltiplos de compañías y transacciones comparables. 

Al realizar un DCF la dirección debe completar un análisis en profundidad de la generación de flujos en la empresa, del coste de los recursos financieros y de la estructura de endeudamiento. Este análisis en sí mismo es tremendamente enriquecedor porque clarifica las áreas de la empresa  que están creando valor y a qué ritmo.

Esto es fundamental para la toma de decisiones de inversión, permitiendo priorizar los recursos hacia las áreas donde estos recursos serán más productivos. De esta manera se alejará del enfoque de urgencia o inercia que se produce en algunas empresas, especialmente medianas y pequeñas. 

Además, el método DCF implica necesariamente el cálculo del coste medio ponderado de los recursos (WACC). Este cálculo muchas veces no es tenido en cuenta en el día a día empresarial y sin embargo como concepto estratégico es fundamental . Además, gracias al modelo de valoración se podrá analizar y optimizar la  estructura de endeudamiento, que en muchos casos resultará automáticamente en un incremento del valor de la empresa.

Un ejercicio sano para cualquier empresa

La valoración es, por tanto, un sano ejercicio que además se debe mantener en el tiempo. Para ello se actualizará el modelo de valoración e incluirá múltiplos comparables que son indicadores del momento de la industria en la que se opera y cuyo seguimiento aporta una ventaja estratégica más.

Esto en sí mismo ya es recomendable para cualquier empresa. Pero además, estimar el valor de la empresa tiene otra consecuencia inmediata e importante y es que facilita la liquidez de las acciones en empresas no cotizadas. 

El contar con una valoración profesional, objetiva y precisa, facilita de facto que las acciones puedan ser trasmitidas entre los socios o ante el interés de nuevos inversores, al tener una referencia para el precio de transmisión de las mismas actualizado.

Muchas veces nos encontramos empresas que, ante la intención o el interés de vender, lo hacen sin la debida valoración financiera, acudiendo en muchas ocasiones a asesores legales que suelen primar el valor en libros, o un valor de liquidación.

En SOCO finance HUB te animamos a que conozcas de antemano y cada año, cuánto vale tu empresa, de la mano de profesionales financieros con amplia experiencia en valorar empresas, acciones y activos.


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